Jorge
Domínguez González
Para un entorno como el de nuestras
poblaciones urbanas del noroeste del estado de Chihuahua,(con menos de cien mil
habitantes), resulta por ahora inusual y sorprendente el alto número de casos de violencia familiar que se presentan, como antes lo fue la
violencia física y verbal de como
eran agredidos hasta hace pocos meses (y todavía aunque ya menos) los miembros de la
comunidad LGTB (Lésbico, Gay, Transexual y Homosexual). Tal es el caso del que
nos enteramos el pasado miércoles: de un hombre
que golpeó salvajemente a su cónyuge, la cual tuvo que ser hospitalizada, al parecer la
mujer se encontraba con lesiones graves, posiblemente con fractura de cráneo y
lo que es común antes hubo una discusión entre marido y mujer y ella le resultó
la peor parte en la agresión, tanto de la verbal como de la física (Diario del Noroeste, 29 Julio, 2015).
El día
anterior, en ese mismo medio y en primera página aparecía como título: “Quema la casa sólo para fastidiar a su esposa”
y explica “Por el simple motivo de fastidiar a su esposa , un hombre le quemó
totalmente la casa” luego de que éstos
discutieron y él la agredió, obligándola
a refugiarse en el domicilio de su madre, por lo que horas más tarde el pirómano fue
detenido…”; en las páginas interiores otra nota informa: “Por agredir a su
esposa menor de edad, con quien lleva ya tres años de unión libre durante los que procrearon un hijo, un hombre
fue detenido,..” desde hace tiempo la nota roja de los periódicos, día a día, reportan de violencia intrafamiliar, y
a mi juicio es frecuente encontrar testigos de que las quejosas, -quienes
sufren o gozan-, el maltrato- perdonan y vuelven a vivir con quienes las agredieron.
Por otro
lado están en la nota roja los robos y asaltos, como diría el poeta Pablo
Neruda, “la cárcel para el que roba un pan y el fuero para el gran ladrón.”
(Canto General) con un sistema de justicia lleno de protocolos y trámites que
hace que la rapidez en la atención a casos sea tan veloz como un caracol…y con
medios que se atreven a publicar las mentiras del presidente como aquello que
dijo esta semana a los profesores de Oaxaca, dizque “la educación pública es
obligatoria, laica y gratuita”; cuando la carga la carga de la climatización y alimentos recae en los padres de
familia y alimentos re. Lo malo del caso es que no dice ninguna marca de los
lentes que él usa para ver el país, como él lo ve. Lo cierto es que queda
claro, con el tiempo ¡Claro! Con las propuestas de la corriente sindical
de Vanguardia que con avasallamiento
trajo Carlos Jonguitud Barrios por
medio de José Luis Andrade Ibarra: con cambios selectivos, con la adjudicación
de dobles plazas, el no trabajar y cobrar faltando semanas y hasta meses y toda
una serie de formas de corrupción muy practicadas en Oaxaca hasta hace días. La
mayoría de quienes fueron alumnos en ese entonces y quienes a la vez son o han
sido nuestros profesores son el substrato
en el que basan su moral de los niños y jóvenes de hoy. Esta moral que
pone como valor máximo del porcentaje más alto de la mayoría de la población al
poder y al dinero. No es extrañar que
estos valores sean hoy las bases de la corrupción la cual ha permeado, de una u
otra forma grandes sectores de la población y si bien es cierto, con
diferencias regionales y socioeducativos, si en lo esencial de todos los
rincones de la actividad pública, apestan.
A mi ver, un
factor que influye es la escuela en
dónde hasta los docentes de cualquier nivel educativo somos compelidos a
educar en el sentido de facilitar los
conocimientos de los alumnos; En este proceso de enseñanza-aprendizaje los
docentes hemos dado más peso a enseñar (señalar hacia). Sin embargo, hasta hoy,
opino que debiéramos dar más peso al aprendizaje, es decir, que los alumnos
relacionen la información nueva con la que ya poseen y que el personaje central
en el aula sea el “aprendiente”.
Si
analizamos los factores del marco
sociocultural, hemos de tener presente
que el noroeste de Chihuahua es
un lugar plural donde coexistimos mexicanos mestizos con mormones, lebarones,
menonitas y algunos sobrevivientes de pueblos originarios de San José Baqueachi
a quienes les han quitado sus tierras y
han matado a sus licenciados. Dentro de cada uno de estos pueblos con
escolaridad y asimilación diferentes.
A mi me parece que los mexicanos mestizos socialmente son
llamados a trabajar y que un porcentaje alto de mujeres a hacerse embarazar
para obtener pareja; esto lo comprobaría las actas de matrimonio y las actas de nacimiento del primer hijo.
“Defendamos
el ecosistema del Río Casas Grandes”
808/3858
31/07/2015